Los años 20, esa década de locura y desenfreno después de la Primera Guerra Mundial, nos dejaron joyas como El Gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald, los ritmos sincopados del jazz, los gánsteres contrabandistas y los speakeasies con más ginebra y champaña de la que cabría en el Titanic. Pero también nos regalaron el Art Deco: un derroche de velocidad, sensualidad y geometría que básicamente hacía del arte previo una cosa del pasado. Esta corriente, nacida del anhelo por la modernidad, encapsuló el glamour de la época con su amor por las líneas geométricas, los cortes bob, los zapatos bicolor y las flappers que escandalizaban con sus faldas cortas y su actitud desafiante ante la sociedad.
Dentro de este universo estético, la escultura Art Deco se convirtió en un escaparate de dinamismo y sofisticación, en donde un detalle recurrente salta a la vista: figuras de bailarinas sosteniendo esferas en los brazos. ¿Por qué la obsesión de los artistas con poner bolas en sus esculturas? ¿Era un símbolo de la economía frágil? ¿Un mensaje secreto de los rebeldes vanguardistas? ¿O simplemente una fascinación descarada con los cuerpos y las bolas? Acompáñanos a descubrirlo.
Los locos años 20
Los 20’s fueron una época de bonanza económica y liberación social, en la que el mundo buscaba sacudirse las sombras de la guerra. El Art Deco emergió como una celebración de esta nueva era, con su uso de materiales lujosos como el bronce y el marfil, y su pasión por los patrones geométricos y las formas aerodinámicas. Las bailarinas, que encarnaban la energía de la Era del Jazz, fueron un tema recurrente en la escultura, capturadas en poses que parecían moverse sobre bases de mármol.
Sin embargo, el motivo de las bailarinas con esferas destaca por su peculiaridad. Estas esculturas, a menudo desnudas o semi-desnudas, congelaban en el tiempo un instante de equilibrio perfecto, con las esferas flotando en sus manos, brazos o incluso siendo malabareadas. La imagen es impactante: la curva lisa y perfecta de la esfera contrastando con las líneas fluidas del cuerpo de la bailarina, logrando una composición armoniosa y vibrante.
¿Por qué la obsesión?
Para entender este fenómeno, tenemos que estudiar las posibles razones, combinando historia del arte con el contexto de la época:
Símbolo de equilibrio y destreza:
Sostener una esfera con gracia requiere habilidad y control, y eso encaja perfectamente con la obsesión Art Deco por el atletismo y la perfección. Muchas de estas esculturas capturan un instante de balance absoluto, como la icónica pieza de Max Le Verrier, donde una bailarina se sostiene en una pierna mientras equilibra dos bolas.
Geometría y estética:
El Art Deco amaba las formas geométricas y la esfera, como figura pura y esencial, se prestaba a este estilo. Su simplicidad contrastaba con las figuras estilizadas, creando composiciones visualmente poderosas. Artistas como Marcel Bouraine la utilizaron en sus esculturas metálicas, como la famosa Equilibre.
Inspiración en el teatro y la danza:
Aunque no hay mucha evidencia de bailarinas de los años 20 usando esferas en sus performances, el Art Deco usaba el teatro, el cabaret y los Ballets Russes como influencia e inspiración. Es posible que algunos espectáculos vanguardistas usaran estos elementos como parte de la escenografía o como un símbolo estilizado. Artistas como Demetre Chiparus solían inspirarse en bailarinas reales para sus esculturas.
Accesorios estilizados y elementos de vestuario:
Las esferas también podrían ser una versión estilizada de otros accesorios, como aros o incluso parte del vestuario de las bailarinas, simplificados en una forma geométrica acorde con el estilo Art Deco. Algunas esculturas muestran a bailarinas con anillos o aros, lo que sugiere un interés más amplio por los accesorios circulares, los cuales pudieron evolucionar hasta convertirse en el icónico motivo de las esferas en la interpretación artística.
Simbolismo de la esfera:
Desde la antigüedad, la esfera ha representado la unidad, la perfección y hasta el mundo. En el contexto de la danza, podría simbolizar el universo de la bailarina, su concentración o el equilibrio dentro de su arte. Este simbolismo convierte el motif de un mero elemento visual a una declaración filosófica.
Los artistas que hicieron de las bolas un ícono
Varios escultores dejaron su huella con este motif, cada uno con su estilo particular:
Max Le Verrier: Su famosa lámpara Clarté representa a una bailarina equilibrando una gran esfera, un ícono del Art Deco. Curiosamente, Max firmaba las obras que producía en su taller de fundición bajo el seudónimo”Denis”.
Hippolyte Fournier: Pintor, escultor e ilustrador francés, famoso por su increíble destreza con el pincel y por crear impactantes obras en el estilo tradicional del Salón de París. Sin embargo, antes de su muerte en 1926, se enamoró de la escultura Art Deco y creó varias piezas icónicas que aún hoy son altamente codiciadas.
Zoltan Kovats: Artista rumano nacido en 1883, cuya obra definió la escultura de los años 20.
Marcel Bouraine: Maestro francés de la forma y el balance, con esculturas de una elegancia impecable.
Claire Colinet: Escultora francesa de origen belga que trabajó entre principios y mediados del siglo XX. Sus obras más famosas se centraron en representar bailarinas árabes, capturando su gracia y misterio con un estilo inconfundible.
Spiro Schwatenberg: Escultor alemán, activo entre 1898 y 1922, conocido por sus bronces figurativos, especialmente de atletas y desnudos. A pesar de su corta carrera, sus obras son celebradas por la fusión de la elegancia clásica con una audaz estética vanguardista.
Enrique (Henri) Molins Balleste: Artista español nacido en Barcelona, luego radicado en París, conocido por sus esculturas teatrales con iluminación.
Estas figuras fueron clave en consolidar la imagen de la bailarina con esferas como un sello del Art Deco, cada escultura un testimonio de la innovación y el atrevimiento artístico de la época.
Sé la bailarina y ruge como en los años 20
Seamos honestos: todos seguimos persiguiendo la euforia de los años 20. La emoción de reinventarnos. La audacia de bailar desnudos bajo la luna. Y esas esferas… son un mindset. Nos invitan a reflexionar sobre la relación entre forma y función, y el atractivo eterno de la perfección geométrica. Para coleccionistas y amantes del arte, tener una de estas piezas es sostener en las manos un fragmento de los Roaring Twenties, una era de excesos y creatividad desbordante.
La magia del Art Deco está en su capacidad de capturar un momento en el tiempo, fusionando elegancia e innovación. El motivo de las bailarinas con esferas, con su simbolismo y atractivo visual, es el ejemplo perfecto. Ahora ve y descubre estos tesoros para llevar un pedazo de locura a tu hogar.
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