Manuel Manilla

Manuel Manilla
Ciudad de México
(1830 – 1895)

Manuel Manilla es un nombre que resuena en la historia del arte mexicano, especialmente en el contexto del Día de Muertos. Conocido por sus innovadores grabados que humanizan la muerte, Manilla dejó una huella importante en la cultura visual de México.

Manuel Álvarez Manilla y Ortega nació en 1830 en la Ciudad de México. Comenzó su carrera en el mundo del arte de manera informal, trabajando en imprentas y talleres locales. Su primer encuentro con el arte del grabado fue en el taller de Antonio Vanegas Arroyo, donde desarrolló su técnica y estilo distintivos. Nunca se consideró un artista como tal, ya que el gremio de ilustrador era visto como un trabajo técnico. Sin embargo, con el tiempo, su genialidad creativa ha sido reconocida por críticos y aficionados del arte.

Entre sus obras más reconocidas se encuentran “Calavera Tapatía” y “Calavera Revolucionaria”, que representan esqueletos en situaciones cotidianas y festivas. Otras de sus obras más famosas incluyen “Charro con perro” y “El infierno”.

Aunque no recibió reconocimiento en vida, su influencia en artistas posteriores, como José Guadalupe Posada, es innegable. Su trabajo se ha celebrado de manera póstuma en varias exposiciones importantes, incluyendo un homenaje a finales del año de 1980 en la Casa de la Cultura de Michoacán y la exposición “Día de Muertos: A Time to Grieve & Remember” en el National Museum of Mexican Art en Chicago, Illinois, USA.

Su obra forma parte de colecciones importantes, como la del MUNAL y el New Mexico History Museum en Santa Fe, New Mexico, USA. Manuel Manilla se retiró de la imprenta en 1892 después de completar más de 600 grabados y falleció en 1895 víctima de tifus en la Ciudad de México.

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