Juan O´Gorman
Juan O´Gorman

Juan O´Gorman
Ciudad de México
(1905 – 1982)

Juan O’Gorman es una figura icónica en la historia del arte y la arquitectura mexicana del siglo XX. Su legado perdura en la identidad cultural de México, destacándose por su habilidad para fusionar la pintura, el muralismo y la arquitectura en obras que reflejan la riqueza histórica y cultural del país.

Nació el 6 de julio de 1905 en Coyoacán, Ciudad de México. Desde joven, fue influenciado por su padre, Cecil Crawford O’Gorman, un pintor irlandés que se estableció en México.

O’Gorman comenzó su formación artística en la Academia de San Carlos y continuó en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde se graduó en 1927. Su primera exposición individual “Fantasía y Realidad en la obra de Juan O’Gorman”, se llevó a cabo en el Palacio de Bellas Artes en 1950.

Entre sus obras más destacadas se encuentran los murales en la Biblioteca Central de la UNAM y el mural “Representación histórica de la cultura” en la misma institución. En 1972, recibió el Premio Nacional de Bellas Artes. O’Gorman ha tenido numerosas exposiciones a lo largo de su carrera, incluyendo una retrospectiva en el Museo Nacional de Arte en la Ciudad de México. Sus obras forman parte de colecciones importantes como el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo y el Museo Nacional de Historia.

En una entrevista para El Universal en 1952, O’Gorman comentó acerca de su propia casa conocida como la Casa del Pedregal o Casa-Cueva: “Es demasiado rara para los mexicanos, pero a lo mejor inicia una nueva tradición regional. La mayoría de los mortales, quizá, tenga su casa por un castillo, pero el arquitecto a menudo considera la suya como un laboratorio.”

El 18 de enero de 1982 Juan O ‘Gorman se suicidó en su casa de San Ángel, la misma casa que había marcado un cambio en los conceptos de diseño arquitectónico imperantes hasta esa época y que, sin pensarlo, marcaba la entrada de México a la modernidad.

A decir de muchos escritos y comentarios públicos y autobiográficos, el arquitecto egresado de la Escuela Nacional de Arquitectura de la Universidad Nacional se encontraba sumido en una profunda depresión que para nada era reciente, sino que se remontaba a 1954 con la muerte de una de sus mejores amigas y confidentes: Frida Kahlo. La depresión se acrecentó con la demolición de su casa-estudio en San Jerónimo Lídice, la misma que él consideraba como «la obra más importante de su vida»; y continuó hasta un nivel máximo con la muerte uno de sus amigos más cercano, Max Cetto, en 1980.

Se quitó la vida de un modo trágico y a la vez múltiple como su arte: ingirió un pigmento venenoso que usaba para preparar los colores con los que pintaba, se colgó de la rama de un árbol y se pegó un disparo. Sus restos se encuentran en la Rotonda de las Personas Ilustres y su legado sigue vivo en las obras que dejó y en la influencia que tuvo en la arquitectura y el arte mexicano.

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