Mario Zamora
Tegucigalpa, Honduras
(1920 – 2017)
Mario Roderico Zamora Alcántara fue un artista y escultor de origen hondureño, naturalizado mexicano. Su legado artístico se extiende tanto en México como en su país natal, y es reconocido por diversas obras monumentales.
Nació el 3 de agosto de 1920 en la ciudad de Tegucigalpa, Honduras. Desde temprana edad, mostró una inclinación al arte. A los 20 años, ingresó a la Academia de Bellas Artes de Honduras, donde fue pupilo del artista español Alfredo Ruiz Barrera, quien lo introdujo al mundo de la escultura. Sin embargo, debido a la situación política en Honduras, la familia Zamora-Alcántara se trasladó a Nicaragua, donde Mario continuó su formación artística.
En Nicaragua, expuso sus obras por primera vez en la Exposición Anual de Arte Nicaragüense, donde obtuvo el Primer Premio y elogios por su creatividad. En 1944, decidió trasladarse a México en busca de mejores oportunidades para refinar su arte. Allí, en la Academia San Carlos, aprendió las técnicas de la escultura en bronce y creó la escultura de la actriz María Félix para la película “La diosa arrodillada”.
Posteriormente, viajó a Italia para continuar sus estudios en la Real Academia de Bellas Artes de Roma en 1950. De regreso en México, participó en proyectos monumentales, como el Monumento a los Niños Héroes en San Miguel de Allende, así como estatuas dedicadas a Nezahualcóyotl, Benito Juárez, Amado Nervo y Adolfo López Mateos.
También realizó obras monumentales en su país natal, muchas de ellas por encargo del gobierno hondureño. Mario Zamora Alcántara falleció a los 96 años en la Ciudad de México el 24 de abril de 2017. Su legado artístico sigue inspirando a generaciones y dejando huella en la historia de la escultura.
